Enclavada en el entramado de calles del casco antiguo de Sevilla, la Casa de los Pinelo se erige como un majestuoso testimonio del esplendor renacentista. Este palacio, que hoy alberga las prestigiosas Real Academia Sevillana de Buenas Letras y Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría, guarda entre sus muros una rica historia que se remonta a la Edad Media.
Sus orígenes se encuentran en una casa-palacio de estilo medieval, que a lo largo de los siglos fue enriquecida y embellecida con elementos arquitectónicos propios del Renacimiento. Esta evolución estilística la vincula estrechamente con otros palacios emblemáticos de la ciudad, como la Casa de Pilatos, el Palacio de las Dueñas y el Palacio de Mañara, conformando así un conjunto de edificaciones que reflejan la pujanza y el refinamiento de la Sevilla de aquella época.
La construcción de la Casa de los Pinelo se inició a principios del siglo XVI por iniciativa de Jerónimo Pinelo, un canónigo de la Catedral de Sevilla. Jerónimo era hijo de Francisco Pinelo, un próspero comerciante de origen genovés que desempeñó un papel fundamental en la Casa de Contratación de Indias, institución encargada de regular el comercio con las colonias americanas. Esta sólida base económica permitió a la familia Pinelo erigir un palacio que rivalizaba en belleza y sofisticación con las mansiones de la nobleza sevillana.
Tras la muerte de Jerónimo Pinelo, la casa fue donada al Cabildo de la Catedral, que la conservó durante varios siglos como residencia para el clero. Sin embargo, con la desamortización de los bienes eclesiásticos en 1855, la Casa de los Pinelo quedó en manos del Estado y corrió el riesgo de ser enajenada. Afortunadamente, gracias a la intervención de diversas instituciones y personalidades, se logró salvar este valioso patrimonio y destinarlo a un uso cultural.
Un recorrido por la Casa de los Pinelo
Adentrarse en la Casa de los Pinelo es adentrarse en un mundo de belleza y elegancia. Sus patios, adornados con exuberante vegetación y fuentes, invitan al paseo y a la contemplación. Sus salones, con techos artesonados y ricamente decorados, albergan valiosas colecciones de arte y mobiliario. Y sus jardines, diseñados siguiendo los cánones renacentistas, ofrecen un remanso de paz en el corazón de la ciudad.
La Casa de los Pinelo no es solo un edificio histórico, sino también un centro de cultura y conocimiento. Desde que se convirtiera en la sede de las Reales Academias, ha sido testigo de innumerables eventos culturales, como exposiciones, conferencias y conciertos. Además, sus archivos y bibliotecas guardan un valioso tesoro documental que permite conocer mejor la historia de Sevilla y de Andalucía.
En definitiva, la Casa de los Pinelo es un lugar que invita a la reflexión y al disfrute. Un lugar donde el pasado y el presente se entrelazan para ofrecernos una experiencia única y enriquecedora.
Adquirida en subasta pública en 1856 por Francisco del Camino y Camino, un próspero comerciante, la Casa de los Pinelo inició una nueva etapa marcada por una sucesión de propietarios y usos diversos. Tras pasar por diversas manos, el edificio fue utilizado como colegio, picadero, taller de fundición y, a partir de 1885, como hostal y pensión. Este último uso perduró hasta mediados del siglo XX, dejando una huella imborrable en la memoria colectiva de la ciudad.
Afortunadamente, el 5 de febrero de 1954, la Casa de los Pinelo fue reconocida como Monumento Nacional, lo que garantizó su protección y preservación. Tan solo doce años más tarde, en 1966, el Ayuntamiento de Sevilla se hizo cargo de su propiedad, iniciando así un nuevo capítulo en su historia.
Un exterior sobrio y un interior sorprendente
La fachada principal de la Casa de los Pinelo, a pesar de su sencillez, encierra una elegancia discreta. Destaca su amplia portada de piedra, situada en la esquina del edificio, y los elementos decorativos de las plantas superiores, como el balcón con guardapolvo de pizarra y el mirador con arquerías y antepecho de tracería gótica.
Sin embargo, es al adentrarse en el interior cuando se revela toda la belleza y complejidad de este palacio renacentista. El patio principal, corazón de la casa, es una obra maestra de la arquitectura del siglo XVI. Sus arquerías, construidas con columnas de mármol de Carrara labradas en Génova, crean un espacio luminoso y armonioso. Las yeserías platerescas que recubren los arcos y las enjutas, decoradas con cabezas inspiradas en «Los siete libros de Diana» de Jorge de Montemayor, añaden un toque de sofisticación y erudición.
Alrededor del patio se distribuyen diversas estancias, muchas de ellas cubiertas por bellos artesonados mudéjares y renacentistas. Estos techos, verdaderas obras de arte, son un testimonio de la maestría de los artesanos sevillanos.
Visitar la Casa de los Pinelo es sumergirse en la historia de Sevilla y admirar la belleza de un edificio que ha sobrevivido al paso del tiempo y a los avatares de la fortuna. Es un viaje en el tiempo que nos transporta a una época en la que la ciudad era un referente de la cultura y el arte en Europa.