El Palacio ‘secreto’ de Miguel Mañara en Sevilla

Al adentrarnos en el palacio, somos recibidos por un zaguán que nos conduce a un patio delantero con un pequeño apeadero

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Edificio del Palacio de Mañara.
Fachada del Palacio Mañara.

Enclavado en el corazón del antiguo barrio judío de Sevilla, el Palacio de Mañara se erige como un testimonio vivo de la Historia de la ciudad. Este edificio renacentista, que alberga en la actualidad la sede administrativa de la Dirección General de Bienes Culturales de Andalucía, ha sido testigo de siglos de transformaciones y ha acogido a personajes ilustres.

Los orígenes del palacio se remontan a la época musulmana, cuando era una construcción estructurada en torno a cuatro patios. Tras la Reconquista, se añadieron nuevos elementos en estilo mudéjar, como los zócalos con pinturas murales que aún se conservan.

Sin embargo, es en el siglo XVI cuando el palacio adquiere su fisonomía renacentista más característica. Los propietarios de la época, Juan de Almansa y Constanza de Alcocer, encargaron una gran reforma que transformó el edificio, adaptándolo a los gustos de la época. Destaca el patio central, obra del taller del genovés Antonio María Aprile, con sus elegantes columnas balaustradas de mármol y su fuente.

El legado de Miguel Mañara

En 1623, el palacio pasó a manos de Tomás Mañara Leca y Colona, un rico comerciante que lo remodeló por completo, dándole el aspecto de un gran palacio nobiliario. En este lugar nacería en 1627 su hijo, Miguel Mañara, una figura clave en la historia de Sevilla por su labor filantrópica y su impulso a la creación del Hospital de la Caridad.

Tras la muerte de Miguel Mañara, el palacio pasó por diversas manos, siendo utilizado como cuartel, fábrica y almacén. Afortunadamente, en 1989 fue adquirido por la Junta de Andalucía, que emprendió una ambiciosa tarea de restauración para recuperar su esplendor original y convertirlo en sede de la Dirección General de Bienes Culturales.

El Palacio de Mañara es mucho más que un edificio histórico; es un auténtico museo que nos transporta a diferentes épocas y nos permite comprender la evolución de la ciudad de Sevilla. Sus muros han sido testigos de siglos de historia, desde la dominación musulmana hasta la época contemporánea.

La visita al Palacio de Mañara es una experiencia única que nos permite admirar la belleza de su arquitectura renacentista, conocer la vida y obra de Miguel Mañara y sumergirnos en la historia de Sevilla.

Una joya arquitectónica que evoca el esplendor renacentista

Al adentrarnos en el palacio, somos recibidos por un zaguán que nos conduce a un patio delantero con un pequeño apeadero. A continuación, accedemos al patio central, una verdadera joya arquitectónica. Rodeado por una arquería de dos plantas sobre columnas, este espacio destaca por sus yeserías diseñadas por Diego López Bueno y su fuente de mármol blanco de origen italiano. La escalera principal, situada en uno de los extremos del patio, nos lleva a las estancias de la planta superior, donde techos mudéjares y renacentistas nos transportan a otra época.

Los patios secundarios, ubicados en los lados menores del inmueble, completan la distribución del palacio. Estos patios, más pequeños e íntimos, ofrecen un ambiente tranquilo y acogedor.

La fachada principal: una obra de arte en sí misma

La fachada principal del palacio, situada en la calle Levíes, es una muestra del exquisito gusto artístico de sus constructores. Dividida en dos plantas y adornada con pilastras, la fachada presenta una portada principal de gran belleza, datada en 1540. Las columnas toscanas, los escudos de armas y la rica decoración pictórica la convierten en una auténtica obra de arte.

La decoración pictórica de la fachada, descubierta durante una reciente restauración, es especialmente notable. Las pilastras están decoradas imitando sillares, mientras que el resto del muro presenta una decoración de ladrillos. En aquellos lugares donde se ha perdido la ornamentación, se ha completado con pintura, conservando la armonía del conjunto.

Su riqueza arquitectónica, su historia y su vinculación con personajes ilustres como Miguel Mañara lo convierten en un lugar de visita obligada para cualquier amante del arte y la historia.