Es todo un símbolo de la ciudad de Sevilla pero sus orígenes se hunden en la noche de los tiempos allá donde es difícil poder establecer, con seguridad , como surge aunque todo parece apuntar a su relación con un rey, hijo de Fernando III «el Santo».
Guerra por el trono
Cuenta la Historia de Sevilla que el NO&DO se relaciona con la presencia del rey Alfonso X «el Sabio» en la ciudad, en el siglo XIII. Un hombre que se vio obligado a recluirse en la capital hispalense ante el empuje codicioso del príncipe Sancho por ocupar el trono.
Un príncipe no podía matar a un rey, y menos a un padre, por lo que sitió la ciudad y esperó que el tiempo y la desesperación de los sevillanos hicieran el resto. En todo ese tiempo el pueblo de Sevilla no abandonó a su rey aún pasando muchas penurias y hambre.
Cultura y fidelidad
El rey, conmovido por la lealtad, siendo un hombre de enorme inquietud por la cultura, pensó en dejar un legado a la ciudad. ¿Qué podía ser más importante que el Conocimiento? Y por eso, amante de los juegos y de los jeroglíficos, pensó en algo que no se pudiera olvidar.
El rey, anciano y enfermo, en desventaja con respecto a su hijo Sancho aguardaba en la ciudad, pero el príncipe no atacaba. Los últimos días del rey, gozando de la fidelidad de Sevilla, otorgó un lema en forma de jeroglífico, pero no uno cualquiera sino el que ensalzaba los valores de aquella humilde gente.
Tan sólo dos sílabas, un «NO» y un «DO», con una madeja u «ocho» en medio. Significada: Sevilla NO me ha dejaDO, Sevilla NO & DO, y de ahí ese origen legendario del mismo.