En Sevilla hay muchas historias relacionadas con la Semana Santa, algunas realmente destacadas como, por ejemplo, el nazareno de Santa Cruz.
Hecho insólito
Nada tendría de particular sino fuera por que desapareció delante de los ojos de dos hermanos. Sucedió hace años, a comienzos de la década del 2000 cuando la Hermandad de Santa Cruz concluyó su estación de penitencia. Recogida la cofradía, en su iglesia en calle Mateos Gago, sólo quedaron en la misma hermanos de la junta de gobierno.
En ese momento notaron que había un nazareno rezando ante los titulares. Un diputado le dijo a otro: «Dile a ese hermano que se vaya ya para casa que la estación de penitencia a concluido» y eso hizo, desde la distancia.
El nazareno sólo giró la cabeza, capirote bajo el brazo, dio unos pasos y se puso a rezar a la Virgen, delante de su palio. El diputado le volvió a decir: «Hermano, que ya se ha acabado la estación de penitencia» y el nazareno volvió a mirar, dio unos pasos y desapareció delante de ellos.
«Desapareció delante nuestra»
La situación fue asombrosa pues «desapareció delante nuestra estando en la diagonal opuesta a donde está la puerta de salida de Ximénez de Enciso».
La historia estuvo silenciada un tiempo hasta que la publiqué y años después, hablando con una persona de la Hermandad me dijo: «Se sabía quién era, un hermano que falleció días antes y que su deseo era el de salir de nazareno ese año. No falto a su cita con el Señor».
Leyenda o realidad lo cierto que es que la estética, casi becqueriana, de estas resultan tan conmovedoras como inexplicables.