En la Sevilla medieval, el ayuntamiento se encontraba en un conjunto de edificios conocido como el Corral de los Olmos. Compartía espacio con la Casa Arzobispal, junto a la Puerta de Palos de la Catedral. Esta cercanía a la sede religiosa y a otras edificaciones administrativas marcaba la importancia del ayuntamiento en la vida de la ciudad.
La aglomeración de edificios religiosos y administrativos impulsó la necesidad de una transformación. En 1502, se inició la recopilación de leyes, ordenanzas y disposiciones promulgadas desde la Reconquista. Su publicación en 1527 por el Cabildo marcó un hito: el tránsito del ayuntamiento medieval al moderno.
La construcción de un nuevo edificio consistorial coincidió con la visita del Emperador Carlos V a la ciudad en 1527. Su figura y legado se convirtieron en símbolos del nuevo ayuntamiento.
Un nuevo hogar en la Plaza de San Francisco
El nuevo emplazamiento se ubicó en la Plaza de San Francisco, donde antes se encontraba la Real Audiencia. El nombre de la plaza proviene de un convento franciscano que allí existía.
Las cuatro fachadas del ayuntamiento, de estilo renacentista, se encuentran entre la Plaza Nueva y la Plaza de San Francisco. El edificio consta de dos plantas, excepto en el sector sur, donde se agregó una tercera en el siglo XIX.
Más allá de la piedra: mensajes ocultos
Más allá de su arquitectura, el edificio alberga mensajes ocultos. Descifrarlos requiere recurrir a descripciones antiguas, ya que las remodelaciones han modificado bustos, medallones, formas y figuras, dificultando la comprensión del mensaje simbólico en su totalidad.
El Ayuntamiento de Sevilla es un libro abierto de historia. Sus piedras narran el pasado medieval de la ciudad, su transformación en la época moderna y el legado del Emperador Carlos V. Un viaje a través del tiempo que invita a descubrir los mensajes ocultos en su arquitectura y a reflexionar sobre el papel del ayuntamiento en la vida de la ciudad.
Imaginemos la Sevilla del siglo XVI, una ciudad próspera enriquecida por las riquezas de América. En este contexto, el Ayuntamiento buscaba proyectar una nueva imagen que reflejara el papel de Sevilla como centro del mundo. La construcción del nuevo edificio consistorial se convierte en una oportunidad para plasmar este ideal, utilizando un lenguaje simbólico comprensible tanto para sevillanos como para extranjeros.
Descifrando la fachada oriental
Comenzamos nuestro viaje en la Plaza de San Francisco, observando la fachada oriental del Ayuntamiento. A ambos lados de las puertas encontramos tres medallones:
Hércules: Con su característico casco de león, representa los orígenes mitológicos de la ciudad.
Emperador Carlos I: Originalmente en este medallón se encontraba la figura del Emperador, símbolo de la época contemporánea y la nueva Híspalis.
Julio César: Atribuido a la fundación del Cabildo Hispalense y las murallas de la ciudad.
Bajo el medallón de Julio César aparece la inscripción «S.P.Q.HIS», que significa «Senador Populusque Hispalenses», reforzando el papel del Ayuntamiento como representante del pueblo sevillano.
En el lado derecho de la puerta, la iconografía original era completamente femenina:
Emperatriz Isabel: Representaba el papel fundamental de la reina en la expansión española.
La fachada oriental nos narra la historia de Sevilla desde sus raíces mitológicas hasta la época contemporánea. Hércules marca el inicio, César la consolidación y Carlos I la renovación.
La presencia del Emperador lo convierte en el nuevo Hércules, heredero de la grandeza del pasado y artífice de un futuro glorioso.
En el frontón curvo de una ventana del lado izquierdo, observamos a dos niños: uno con una calavera y esferas bajo sus pies, y otro con un reloj de arena. Esta iconografía no representa la fugacidad de la vida, sino la victoria de la virtud sobre el tiempo y la muerte. Los niños aluden a las hazañas de Hércules, que le han otorgado la eternidad.
La fachada sur: un enigma por resolver
La fachada sur presenta un simbolismo más complejo y abierto a interpretaciones. En ella encontramos seis personajes:
Jasón: Héroe griego y líder de los argonautas en su búsqueda del Vellocino de Oro. Su presencia vincula a Hércules con la mitología griega y, a su vez, con el Ducado de Borgoña a través del Toisón de Oro.
Medea: Hechicera que ayudó a Jasón a obtener el Vellocino de Oro.
Otros cuatro personajes: Su significado aún no se ha descifrado por completo, pero se cree que podrían estar relacionados con la realeza española o con la historia de Sevilla.
Estos son solo algunos de los misterio de este espacio del Ayuntamiento de Sevilla, que recojo en mi nuevo libro “Simbología Secreta de Sevilla” (Ed. Samarcanda, 2024) y que se se convierte en un libro abierto de historia y simbolismo. Cada fachada, cada medallón, cada figura nos invita a un viaje a través del tiempo, desentrañando los mensajes que sus creadores quisieron plasmar para las generaciones venideras. Un legado cultural de incalculable valor que nos recuerda la grandeza de Sevilla y su papel fundamental en la historia de España.