¿Conoces la simbología de la Fuente Híspalis en la Puerta de Jerez de Sevilla?

La estructura de la fuente está coronada por una Nereida, una ninfa marina que tradicionalmente representa la fertilidad y el poder del mar

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Imagen de la Fuente Híspalis.
Fuente Híspalis en la Puerta de Jerez.

Una de las fuentes más icónicas de la ciudad de Sevilla fue originalmente concebida con una inspiración clara en la famosa Cibeles de Madrid. Este paralelismo ha llevado a que sea conocida popularmente como «la Cibeles de Sevilla, pero sin leones», ya que comparte ciertos elementos estéticos pero con adaptaciones que la hacen única y muy representativa del carácter sevillano.

Inaugurada en 1929, en el contexto de la Exposición Iberoamericana de Sevilla, la fuente fue diseñada por el célebre escultor sevillano Manuel Delgado Brackembury. Su creación respondió al deseo de dotar a la ciudad de un monumento que no solo fuera estéticamente atractivo, sino que también reflejara parte de su identidad cultural e histórica. En ese sentido, la fuente no es solo una obra de arte, sino también un símbolo del vínculo entre Sevilla y el río Guadalquivir, que ha sido una fuente de vida y desarrollo para la ciudad desde tiempos antiguos.

Simbología y elementos de la fuente

La fuente es una alegoría de la ciudad. Representa la industria con una rueda dentada, el comercio con el caduceo, y la agricultura con hojas. Una mujer, símbolo de la fertilidad, se sienta sobre hojas de loto sostenidas por niños sobre tortugas. Otros cuatro niños, en los bordes, vertían agua de caracolas.

La estructura de la fuente está coronada por una Nereida, una ninfa marina que tradicionalmente representa la fertilidad y el poder del mar. En este caso, la Nereida no solo alude a la conexión de Sevilla con el mar, a través del Guadalquivir, sino que también simboliza la ciudad misma. La ninfa está sentada sobre una flor de loto, una planta que en muchas culturas simboliza la pureza, el renacimiento y la espiritualidad. Este detalle es especialmente relevante en la Sevilla de finales del siglo XIX y principios del XX, una ciudad que, tras un periodo de decadencia, se estaba redescubriendo como centro cultural y comercial.

En la base de la fuente, encontramos varios elementos marinos que rodean la figura principal, tales como tortugas y delfines. Las tortugas, en este contexto, pueden simbolizar la longevidad y la resistencia, reflejando la durabilidad de la ciudad y su capacidad para superar las adversidades a lo largo de los siglos. Por su parte, los delfines, asociados con la protección y la guía de los marineros en la antigüedad, refuerzan la idea del Guadalquivir como una vía vital de comercio y conexión con el mundo exterior. Estos animales acuáticos no solo embellecen la fuente, sino que son un homenaje al papel esencial que el río ha jugado en la historia y el desarrollo de Sevilla.

Además de los animales, en la fuente también aparecen figuras de niños, que no son meramente decorativos, sino que llevan consigo un mensaje simbólico. Los niños representan el futuro de la ciudad, una metáfora de la juventud y el crecimiento continuo de Sevilla. El hecho de que estén integrados en una fuente también podría interpretarse como un augurio de prosperidad, ya que el agua ha sido, desde siempre, un símbolo de vida, renovación y continuidad. Cuatro infantes se sitúan en los bordes de la fuente, expulsando agua, y estas figuras fueron restauradas en base a fotos y documentos históricos.

A pesar de su popularidad, los cuatro niños de la fuente, conocidos como ‘los meones’, no ocuparon originalmente esa posición. En 1939, por decisión del alcalde Eduardo Luca de Tena, fueron retirados. No obstante, en 2015, se llevó a cabo una restauración que incluyó la colocación de réplicas fieles a las originales, devolviendo así un elemento icónico a la fuente.

Curiosidades

La fuente se encuentra en una ubicación privilegiada, en una zona peatonal que actúa como la entrada natural al centro histórico de Sevilla. A su alrededor se puede disfrutar de una visita a importantes puntos de interés, como el majestuoso Hotel Alfonso XIII, un edificio construido en 1929 para recibir a los visitantes de lujo que llegaron a la ciudad durante la Exposición Iberoamericana. Este hotel, con su imponente arquitectura y decoración de estilo regionalista, sigue siendo uno de los más prestigiosos de la ciudad.

Muy cerca de la fuente también se puede visitar la capilla de Don Rodrigo, el único vestigio de la antigua Universidad de Sevilla, fundada en 1506 por Maese Rodrigo de Santaella. Este pequeño pero significativo edificio es un recordatorio de los orígenes universitarios de la ciudad. Otros edificios de interés en la zona incluyen el Palacio de Yanduri, una magnífica mansión señorial, la casa Guardiola, un ejemplo destacado de la arquitectura burguesa de la época, y el antiguo Hotel Cristina, otro símbolo del esplendor arquitectónico del pasado.

La plaza en la que se encuentra la fuente ha sido, desde hace más de un siglo, un punto de encuentro para los aficionados del fútbol, especialmente para los seguidores del Sevilla FC. Mucho antes de que la fuente fuera erigida, ya en 1913, los sevillistas celebraron en esta zona su victoria en la «Copa de Sevilla», un momento histórico que marcó el inicio de una tradición. Desde entonces, la Puerta de Jerez ha sido el escenario de numerosas celebraciones deportivas, consolidándose como un lugar clave en la memoria futbolística de la ciudad.