Los Jardines de Murillo, un oasis verde en el corazón de Sevilla

Su origen se remonta a principios del siglo XX, cuando la expansión urbana de Sevilla impulsó la creación de nuevos espacios verdes

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Jardines de Murillo en Sevilla.
Vista del paseo principal de los Jardines de Murillo.

Los Jardines de Murillo, ubicados junto al Barrio Santa Cruz y entre la muralla del Alcázar y la Ronda Histórica, son un oasis verde en el corazón de Sevilla. Unidos al Paseo de Catalina de Ribera, ambos espacios fueron declarados Bien de Interés Cultural en 2002, convirtiéndose en un referente cultural y paisajístico de la ciudad.

Su origen se remonta a principios del siglo XX, cuando la expansión urbana de Sevilla impulsó la creación de nuevos espacios verdes. El rey Alfonso XIII cedió los terrenos al Ayuntamiento, y en 1911 comenzaron las obras bajo la dirección del arquitecto Juan Talavera y Heredia. El nombre «Jardines de Murillo» fue propuesto en honor al célebre pintor sevillano.

Talavera y Heredia diseñó un espacio armonioso y elegante, combinando elementos arquitectónicos y paisajísticos. Caminos en retícula forman glorietas octogonales decoradas con fuentes centrales y bancos de fábrica revestidos de azulejos. La vegetación, compuesta por magnolias, naranjos, ficus y jazmines de noche, aporta frescor y color al conjunto.

Entre 1914 y 1915, Talavera y Heredia incorporó a los jardines capiteles romanos y visigodos de la colección arqueológica municipal. Lamentablemente, la mayoría de estas piezas fueron robadas en años posteriores.

Un lugar para el ocio y la cultura

Los Jardines de Murillo se convirtieron rápidamente en un lugar de encuentro y ocio para los sevillanos. Su belleza paisajística y su ambiente tranquilo los convierten en un espacio ideal para pasear, relajarse o disfrutar de eventos culturales.

En la actualidad, los Jardines de Murillo son un símbolo de Sevilla, un espacio verde que conserva la memoria histórica y ofrece un refugio natural en el corazón de la ciudad. Un lugar imprescindible para visitar y disfrutar de la cultura y el encanto de la capital andaluza.

Un espacio verde organizado

Los Jardines de Murillo abarcan una superficie de 8.500 metros cuadrados, cuidadosamente estructurados en torno a cinco glorietas. En 1923, se inauguró una de ellas dedicada al pintor José García Ramos, diseñada por Juan Talavera y Heredia y adornada con azulejos de diversos artistas. Para mejorar la accesibilidad, en 1976 se pavimentaron los caminos con cerámica.

Desde el encantador Barrio Santa Cruz, se puede acceder a los jardines a través de la Plaza de Alfaro, cercana a la Plaza Santa Cruz, o por la Plaza de los Refinadores, donde destaca la estatua de Don Juan Tenorio.

Un jardín de especies diversas

Los Jardines de Murillo son un verdadero paraíso botánico. Entre las numerosas especies que alberga, destacan: Árboles: magnolios, ficus, plátanos, cipreses, almeces, árboles del amor, naranjos amargos, laureolas, cipreses comunes, dombeyas, celosas, boneteros de Japón, ficus, jazmines, árboles de Júpiter, aligustres de Japón, palmeras chinas de abanico, magnolios, mahonias, malvaviscos, margariteros, nandinas, adelfas, parras vírgenes, celindas, palmeras canarias, palmeras datileras, pitosporos, granados, ciruelos japoneses, acacias blancas, ruscos de hoja ancha, sóforas, espireas, tejos, tuyas, palmeras de la suerte, durillos de flor, sauzgatillos y washingtonias de tronco grueso.

Arbustos: abelias, buganvillas, budleyas amarillas, bojes, damas de noche, macasares, cóculos, dombeyas, celosas, evónimos, jazmines, justicias, madreselvas, mahonias, nandinas, celestinas, espireas, yucas.

Este exuberante jardín ofrece un refugio de paz y belleza en el corazón de Sevilla, donde la naturaleza y la historia se entrelazan para crear un espacio mágico.