Prepárate para una noche inolvidable llena de misterio, música y diversión en el corazón de Sevilla. Este próximo sábado 13 de julio, el Parque del Alamillo (zona del Hórreo) se transforma en el epicentro de la Noche de Brujas, un evento muy especial organizado por la asociación «Gatas Salvajes» a favor de los animales.
Desde las 20:00 h. hasta la 1:00 h. de la madrugada, sumérgete en un ambiente mágico y disfruta de un programa repleto de actividades para todos los gustos:
Música en directo: Deja que la música te envuelva y baile toda la noche con diferentes actuaciones musicales.
Espectáculo de magia: Sorpréndete con las ilusiones y los trucos de un mago profesional que te dejará con la boca abierta.
Conferencias sobre lo paranormal: Adéntrate en el mundo de los misterios y lo paranormal con las ponencias de expertos en la materia.
Tarotistas y videntes: Descubre tu futuro o aclara tus dudas con la ayuda de tarotistas y videntes que te brindarán sus predicciones.
Ambigú y mercadillo mágico: Saborea deliciosa comida y bebida mientras exploras el mercadillo mágico, donde encontrarás una gran variedad de productos relacionados con el mundo esotérico.
Conferencia sobre lugares encantados de Sevilla: No te pierdas mi participación de una hora, donde te llevaré de viaje por los lugares más misteriosos de la ciudad.
Y recuerda que todo el evento tiene un carácter benéfico, por lo que tu asistencia y participación contribuirán a mejorar la vida de los animales que protege la asociación «Gatas Salvajes». No te pierdas esta oportunidad única de vivir una noche mágica y solidaria en Sevilla. La magia y el misterio te esperan en el Parque del Alamillo el próximo 13 de julio.
Un caso de fantasma de mascota
En el amplio universo de lo paranormal, a veces se presentan casos que desafían la lógica y nos hacen cuestionar los límites de la realidad. Uno de ellos es la historia de Pedro, un hombre de corazón fuerte que vivió una experiencia que le cambió la vida para siempre.
Pedro, un hombre solitario pero de gran bondad, nos relata un suceso que ocurrió hace poco tiempo y que transformó su percepción del mundo. Una noche lluviosa, mientras la soledad lo envolvía, un sonido lo sobresaltó: un arañazo insistente en la puerta de su casa. Pensando que solo se trataba del roce de las plantas, lo ignoró. Sin embargo, el ruido persistía y lo impulsó a investigar. Al abrir la puerta, se encontró con un gato blanco de aspecto desmejorado. Movido por la compasión, lo acogió en su hogar, le ofreció leche, le dio una manta para abrigarlo y lo ubicó en una cesta para que descansara. El animal, nervioso y arisco, parecía necesitar refugio.
A la mañana siguiente, un leve maullido despertó a Pedro. Al levantarse, vio al gato jugando con un muñeco. Poco a poco, Gerardo, como lo bautizó Pedro, se adaptó a su nuevo hogar, y con el paso de los años, se convirtieron en inseparables. Pedro incluso le compró una cesta para llevarlo de viaje, pues Gerardo se había vuelto un miembro indispensable de la familia.
Un día, sin previo aviso, Gerardo desapareció. La tristeza invadió a Pedro, atormentado por la incertidumbre del destino de su fiel compañero. Vivir en soledad acentuaba su desolación. Una noche, el sonido familiar de arañazos lo sobresaltó nuevamente. Corrió a la puerta, pero Gerardo no estaba. El arañazo se repitió noche tras noche, y pronto, un maullido fantasmal y la sensación de algo acurrucándose a su lado en la cama se sumaron a la experiencia. Pedro, con la voz entrecortada por la emoción, confiesa: «Pensé que me estaba volviendo loco, pero la realidad era otra».
La conexión entre Pedro y Gerardo trascendió los límites físicos, creando un vínculo que ni siquiera la muerte pudo romper. La presencia fantasmal de Gerardo, aunque perturbadora al principio, se convirtió en un consuelo para Pedro, un recordatorio del amor que compartieron.