Este jueves, 19 de junio, la ciudad de Sevilla vuelve a vivir una de sus celebraciones religiosas más solemnes y arraigadas: la procesión del Corpus Christi. Una edición histórica que pasará a los anales por una novedad esperada durante casi un siglo: el regreso de los costaleros al paso de la Custodia de Arfe, recuperando así una forma tradicional de portar el Santísimo que no se veía desde 1927.
La decisión del Cabildo de Sevilla, motivada por la necesidad de renovar las andas, ha permitido que dos cuadrillas de 30 hombres, dirigidas por Eduardo Bejarano —también capataz de la Virgen de los Reyes—, vuelvan a llevar a hombros este símbolo eucarístico por las calles de la ciudad. La nueva parihuela, fabricada en madera de pino de Flandes en el taller de Enrique Gonzálvez (Los Palacios), presenta una estructura adaptada a las exigencias del porteo tradicional: trabajaderas y zancos regulables, y faldones ajustados a las nuevas dimensiones, obra del taller de Francisco Carrera Iglesias.
Una jornada cargada de simbolismo en Sevilla y su Corpus
A las 07:30 se abrirán las puertas de la Catedral para recibir a los fieles. A las 08:15 comenzará el cortejo por la puerta de San Miguel, seguido a las 08:30 por la misa estacional, presidida por el arzobispo monseñor José Ángel Saiz, en el altar mayor, debido a la restauración del Altar del Jubileo.
El paso de la Custodia, dispuesto al pie del presbiterio, será trasladado al término de la eucaristía hasta la capilla de Santa Ana bajo palio, en una emotiva procesión previa a su colocación en el viril de la histórica custodia de Arfe.
Un cortejo de más de 4.000 personas
El cortejo del Corpus, documentado desde 1389, volverá a desplegar su esplendor con la participación de entre 3.500 y 4.000 personas. Las representaciones de hermandades de gloria, penitencia y sacramentales se suceden según su antigüedad. Este año se suma por primera vez la Hermandad de Bendición y Esperanza del Polígono Sur, recientemente incorporada como cofradía de penitencia.
La procesión incluye nueve pasos que recorren el centro histórico de Sevilla, desde la Plaza de San Francisco hasta la Puerta de los Palos. Entre ellos destacan:
Santa Ángela de la Cruz, con costaleros de la Amargura.
Santas Justa y Rufina, con la Hermandad de la Estrella.
San Isidoro y San Leandro, portados por las hermandades de San Isidoro y la Macarena, respectivamente.
San Fernando, patrón de la ciudad, acompañado por la Banda Municipal y custodiado por los Ejércitos.
La Inmaculada, a cargo de la Hermandad del Silencio.
El Niño Jesús, una obra de Montañés.
La custodia chica con la Santa Espina, portada por la Hermandad del Valle.
Y finalmente, la gran Custodia de Arfe, una joya del platero Juan de Arfe, obra cumbre de la platería española del siglo XVI, que emplea más de 300 kilos de plata y alcanza más de tres metros de altura.
Un cortejo de fe, arte y tradición
Detrás de los pasos se colocan las representaciones del Ejército —con la presencia del comandante portando el Pendón de San Fernando—, autoridades civiles y religiosas, órdenes militares, instituciones académicas y profesionales, además del Coro de la Catedral y los seises, que bailaran sobre las 10:10.
La salida de la Custodia será en torno a las 10:40 y recorrerá el centro histórico durante dos horas, hasta llegar a la Puerta de los Palos, donde se produce el desfile de la compañía de honores del Ejército y la bendición con el Santísimo a las 12:30.
Tras el paso de la Custodia, cerrarán el cortejo el arzobispo Saiz, los obispos auxiliares, autoridades municipales —incluido el alcalde, José Luis Sanz— y provinciales, así como los mandos de la Policía Local y la compañía militar mixta, que desfila ante el Santísimo antes de su recogida.
El retorno de los costaleros a la Custodia de Arfe es mucho más que una decisión técnica o estética: ha supuesto un acto de recuperación patrimonial, un puente entre la historia y el presente de una ciudad profundamente marcada por sus tradiciones religiosas.