La saturación del área de Urgencias del Hospital Virgen Macarena, en Sevilla, ha generado preocupación y numerosas quejas entre los pacientes. En la tarde-noche del pasado martes, decenas de personas denunciaron esperas de hasta siete horas para ser atendidas, salas abarrotadas sin asientos disponibles y una sensación generalizada de desorganización. Esta situación, según apuntan las autoridades sanitarias, se debe al incremento de casos de infecciones respiratorias, un fenómeno típico de esta época del año pero que ha llegado antes de lo esperado.
El testimonio de los afectados refleja una realidad alarmante. Una de las experiencias más representativas es la de un hombre que llegó a Urgencias con su esposa a las 20:30 horas. «La vieron rápidamente en el triaje, pero no fue atendida por un médico hasta las 3:15 de la madrugada», explicó. La larga espera, según relató, le llevó a insistir constantemente para lograr que alguien revisara a su pareja, pero eso solo resolvió parte del problema: «Después de eso vinieron las pruebas, y no salimos del hospital hasta bien entrado el día siguiente».
Como este, decenas de pacientes y familiares decidieron presentar hojas de reclamaciones. Según cuentan, incluso el propio personal sanitario les animó a hacerlo para dejar constancia del colapso. «Nos decían que lo reflejáramos por escrito porque ellos no podían hacer más. Las consultas estaban abiertas y los médicos estaban trabajando sin descanso, pero no daban abasto», comentó otro usuario.
Un panorama de caos y desesperación
La saturación no solo afecta al tiempo de espera, sino también a las condiciones de la sala. Pacientes sentados en el suelo, espacios abarrotados y un constante bullicio describen la escena en el área de Urgencias del Virgen Macarena. «No había ni dónde sentarse. Los enfermos más graves estaban mezclados con quienes esperaban subir a planta», denunció un testigo. La falta de organización, según varios usuarios, no hizo más que aumentar la sensación de caos: «¿Por qué no habilitan otra sala para las personas que ya están esperando subir? Era desesperante», añadió.
El malestar llegó rápidamente a las redes sociales, donde imágenes de la sala repleta comenzaron a circular, acompañadas de críticas a la gestión del servicio. Las fotos mostraban personas sentadas en el suelo, una situación que muchos calificaron de «indigna» e impropia de un centro sanitario.
La respuesta del hospital
Desde el Hospital Virgen Macarena reconocen las dificultades que enfrentaron esta semana. Fuentes hospitalarias explicaron que el incremento en la frecuentación de Urgencias se debe al aumento de infecciones respiratorias, una situación habitual en invierno, aunque este año parece haberse adelantado. «Está siendo un inicio de semana complicado», admitieron, y subrayaron que el hospital ha activado su plan de alta frecuentación, diseñado para afrontar picos como este.
A pesar de estos protocolos, los testimonios de pacientes evidencian que la respuesta no ha sido suficiente. En un día normal, el Virgen Macarena atiende a una media de 470 pacientes en Urgencias, pero la sobrecarga actual supera con creces esta cifra, tensando todos los recursos disponibles.
Un problema que no ha llegado a su punto crítico
La preocupación entre el personal sanitario es palpable. Aunque las cifras ya son alarmantes, los profesionales advierten que lo peor está por venir. Según estimaciones de la Consejería de Salud, el pico de infecciones respiratorias podría alcanzarse en unas dos semanas, cuando comiencen a manifestarse los efectos de los contactos familiares durante las fiestas navideñas y se mantengan las bajas temperaturas. «Esto es solo el principio. Nos enfrentamos a un colapso mayor si no se toman medidas urgentes», advertía un médico del servicio.
Las consecuencias de estas esperas va más allá de la incomodidad y la indignación de los pacientes. Según expertos, retrasos tan prolongados pueden agravar los problemas de salud de quienes acuden a Urgencias. «Estamos hablando de personas que llegan con síntomas graves, muchas veces relacionados con patologías respiratorias que pueden deteriorarse rápidamente si no se tratan a tiempo», explica un profesional de la salud. Este tipo de situaciones también afecta a la salud mental de los pacientes y sus familias, que se ven sometidos a horas de incertidumbre y estrés en condiciones poco adecuadas.
¿Hacia dónde se dirige el sistema sanitario?
La situación vivida en el Virgen Macarena no es un hecho aislado, sino un reflejo de un sistema sanitario que, según los profesionales, está cada vez más tensionado. Los picos de demanda como el actual no son nuevos, pero la capacidad de respuesta parece estar disminuyendo. Los afectados y el personal médico coinciden en señalar que se necesitan medidas estructurales y urgentes para evitar que escenas como la del martes se conviertan en norma.
Mientras tanto, cientos de pacientes siguen enfrentándose a esperas interminables, sin certezas sobre si recibirán la atención médica que necesitan a tiempo. La saturación de Urgencias, lejos de ser un problema puntual, es un recordatorio de las grietas en el sistema que, si no se abordan, podrían tener consecuencias aún más graves en el futuro inmediato.