Los secretos de la Fuente de Mercurio en Sevilla

La fuente está decorada con una serie de elementos propios de la estética barroca, como los roleos y las hojarascas, que aportan una sensación de movimiento y dinamismo

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Fuente de Mercurio y detalle de la figura.
Imagen de la fuente de Mercurio en la Plaza de San Francisco.

La Fuente del Dios Mercurio es una pieza emblemática del paisaje urbano de Sevilla, que ha sido testigo de siglos de historia desde su instalación original en 1576. Aunque ha atravesado numerosos cambios y restauraciones a lo largo de los años, siempre ha mantenido su presencia en la antigua plaza principal de la ciudad, hasta llegar a su estado y ubicación actuales.

La versión que hoy podemos ver de la Fuente de Mercurio fue creada en 1974 por el arquitecto Rafael Manzano Martos, quien fue el encargado de diseñar la estructura que adorna la Plaza de San Francisco. Con el paso del tiempo, esta fuente se ha convertido en uno de los elementos más representativos de la plaza, formando parte del patrimonio cultural de Sevilla. Cabe destacar que a lo largo de su historia, la fuente no siempre ha estado en el mismo lugar, pero ha sido un componente constante del entorno urbano de esta parte de la ciudad.

Esta magnífica fuente presenta una alberca circular que reposa sobre un conjunto de escalones, lo que le da una apariencia imponente. En el centro de la alberca, se alza un pilar decorado con gran detalle, en cuya parte superior se encuentran varios mascarones, esculpidos para verter agua de manera ornamental. Junto a estos, destacan elementos como roleos, hojarascas y otras decoraciones de estilo barroco, lo que le otorga a la fuente un aire clásico y sofisticado. La cúspide del pilar está coronada por una estatua del dios Mercurio, figura clave en la mitología grecorromana, conocido como el protector del comercio. La figura de Mercurio sostiene una espada en alto y su famoso caduceo, símbolo de su rol como guía y mensajero de los dioses.

Simbología de la fuente

Cada elemento de la fuente tiene un significado que va más allá de su función estética y que se relaciona profundamente con la mitología clásica y el papel que Sevilla ha desempeñado como un importante centro de comercio y actividad económica.

La figura central de la fuente es el dios Mercurio, una divinidad muy venerada en la mitología grecorromana. En la antigua Roma, Mercurio no solo era el mensajero de los dioses, sino también el protector del comercio, los viajeros y los intercambios, tanto materiales como simbólicos. El hecho de que esta figura presida la fuente en una plaza tan importante de Sevilla no es casual, sino que refleja la relevancia histórica de la ciudad como un punto neurálgico del comercio internacional.

Sevilla, como puerto clave durante la época del Imperio Español, fue durante siglos una ciudad donde confluían mercancías y culturas de todas partes del mundo, especialmente durante el auge del comercio con América. La elección de Mercurio como protagonista de esta fuente subraya la relación histórica de la ciudad con el comercio, el intercambio de ideas y la comunicación. Su espada en alto simboliza la protección y defensa de estas actividades, mientras que el caduceo, su bastón con dos serpientes entrelazadas, es un símbolo de paz, negociación y entendimiento entre partes. Este emblema refuerza la idea de Sevilla como un lugar donde convergen y se negocian intereses internacionales y culturales.

El agua como símbolo de vida y renovación

El agua es otro elemento clave en la simbología de la fuente. Históricamente, Sevilla fue una ciudad que dependía de complejas redes hidráulicas, como los caños de Carmona, para abastecerse de agua potable. El hecho de que la Fuente de Mercurio, en sus orígenes, fuera parte de este sistema de suministro añade un nivel simbólico importante: el agua que fluye de los mascarones representa no solo la vida en su sentido más básico, sino también la idea de renovación constante.

El agua, que brota de los mascarones ubicados en la parte superior del pilar central, cae en la alberca circular, simbolizando un ciclo continuo, un proceso de transformación y regeneración que es fundamental tanto en la naturaleza como en la vida urbana. Esta idea de ciclo también puede vincularse al comercio, que, al igual que el agua, es un flujo constante de bienes, ideas y personas.

La estética barroca: el poder y la grandiosidad

La fuente está decorada con una serie de elementos propios de la estética barroca, como los roleos y las hojarascas, que aportan una sensación de movimiento y dinamismo. El estilo barroco, popular en la Sevilla del siglo XVII, era utilizado en gran parte de la arquitectura de la ciudad para simbolizar poder, opulencia y el esplendor del imperio español en su máximo apogeo. Estos detalles en la fuente nos remiten a una época en la que Sevilla era una de las ciudades más ricas y poderosas de Europa, y su ornamentación refleja este deseo de proyectar grandeza.

Los mascarones, que son rostros esculpidos de cuyas bocas fluye el agua, pueden interpretarse como una alegoría de las fuerzas de la naturaleza y los poderes divinos que otorgan vitalidad a la ciudad. Al integrarse en el diseño de la fuente, refuerzan la conexión entre lo humano, lo divino y los ciclos naturales que han sostenido la vida en Sevilla durante siglos.

Hoy en día, la simbología de Mercurio sigue siendo relevante, ya que Sevilla continúa siendo un centro importante para el comercio y las finanzas, adaptándose a las transformaciones de la economía global. En este sentido, el dios Mercurio no solo simboliza el comercio de épocas pasadas, sino también la adaptación de la ciudad a los nuevos tiempos. La figura en la cúspide de la fuente se erige como un guardián de la prosperidad y la actividad comercial moderna, velando por el dinamismo económico de la ciudad.

Ubicada en el corazón de la Plaza de San Francisco, la Fuente de Mercurio se encuentra rodeada de algunos de los edificios más importantes de Sevilla. Frente a la fuente se alza el edificio del Banco de España, que añade un aire solemne y majestuoso al conjunto. Además, a escasos pasos se encuentra la Plaza Nueva, donde destaca la presencia del Ayuntamiento de Sevilla, rodeado de tiendas y comercios que dotan a la zona de una animada vida cotidiana. Este entorno ofrece un interesante contraste entre la Sevilla histórica y la modernidad del comercio y la actividad diaria.

Datos curiosos

Hace cerca de 450 años, la Fuente de Mercurio no solo tenía un valor ornamental, sino que desempeñaba un papel crucial en la vida de los ciudadanos de Sevilla. A través de los antiguos caños de Carmona, la fuente abastecía de agua potable a los vecinos de la ciudad, cumpliendo una función vital en su día a día.

Aunque hoy su papel ha cambiado y es más bien un elemento decorativo, su historia como parte del sistema de suministro de agua de la ciudad la convierte en un símbolo del ingenio y las soluciones prácticas que marcaron el desarrollo de Sevilla en siglos anteriores.